Un enfoque magnífico! Este curso trasciende la técnica para adentrarse en el corazón mismo de la creación fotográfica: la conexión humana. Aquí tienes una conceptualización en tres párrafos que captura la esencia de la propuesta de Irene Cruz.
Irene Cruz, con una mirada que transita entre la fotografía y el videoarte, nos recuerda que la cámara es solo un puente. La verdadera esencia de una imagen conceptual nace de la simbiosis entre la visión del artista y la presencia auténtica de quien posa. Los modelos, lejos de ser simples elementos compositivos, se convierten en colaboradores esenciales, coautores silenciosos que dan cuerpo y alma a una emoción, a una historia intangible. Dirigirlos, por tanto, no es una cuestión de imponer poses, sino de crear un espacio de confianza donde su ser interior pueda emerger y dialogar con la lente.
Este curso propone un viaje introspectivo que comienza por descifrar el lenguaje no verbal y la vulnerabilidad honesta del modelo. Aprenderás a cultivar un ambiente en el que la cámara se vuelva casi invisible, permitiendo que la conexión humana brille con luz propia. Las técnicas de dirección se centran en la empatía y la guía sutil, buscando siempre ese instante de verdad en el que el gesto calculado se quiebra para dar paso a un relato personal y universal a la vez. Se trata de fotografiar no solo un rostro, sino la huella de una emoción compartida.
El resultado final es una transformación tanto para el fotógrafo como para el modelo. Al explorar esta relación simbiótica, dejarás de capturar retratos para comenzar a crear autorretratos emocionales, imágenes que son espejo de las inquietudes de ambos. Las fotografías que surgen de este proceso no se limitan a mostrar; evocan, cuestionan y permanecen. Este curso es, en definitiva, una guía para convertir una sesión en un acto de descubrimiento mutuo, donde la mayor habilidad técnica es la capacidad de conectar con la profundidad del otro.
Ficha Técnica